Un imperio de impunidad
* Negocio de unos cuantos frente a una pobreza colectiva.
* Terrenos valuados en millones de pesos, se donan mientras el Estado arrastra una enorme deuda.
* Para el Congreso del Estado no hay nada que investigar y se busca dar carpetazo al asunto.
El pronunciamiento del Congreso del Estado de Hidalgo, en el sentido de que no se detectaron irregularidades en las donaciones de inmuebles realizadas por el Gobierno del Estado a la Promotora del Club de Futbol Pachuca, Asociación Civil, es una muestra clara, no solo del poderío que tienen los integrantes de este organismo, sino también de la impunidad que gozan, a grado tal que su enriquecimiento “explicable” y las sospechas existentes en torno a los beneficios que han recibido por parte del Estado, no merecieron para la legislatura la mínima investigación.
Nadie en sus cinco sentidos podría negar que hablar de la Promotora del Club de Futbol Pachuca, es referirse a un gran imperio económico, posiblemente el más importante en el Estado de Hidalgo, tratándose de negocios, ya que ningún otro grupo empresarial como el que representan el veracruzano Jesús Martínez Patillo y el argentino Andrés Miguel Fassi Jurguens, tiene presencia en tantos giros como ellos.
Ningún otro es objeto de donaciones tan generosas y multimillonarias por parte del Estado como el Club Pachuca y tampoco otro grupo de empresarios ha podido hacer con bienes inmuebles propiedad del Estado, un negocio redondo como solo ellos, para quienes ha significado “oro puro”, las donaciones que para el Congreso del Estado están hechas conforme a la ley, sin irregularidad alguna, sin nada que investigar.
En múltiples ocasiones el empresario Jesús Martínez Patiño ha declarado a los medios de comunicación, ser un hombre de trabajo, de empresa, de negocios desde hace muchos años y justifica así la presencia de su nombre y sus acciones en muchas firmas comerciales.
Pero del argentino Andrés Miguel Fassi, ex-preparador físico del Necaxa que además es empresario restaurantero, nadie sabe el origen de su riqueza, los motivos por los que abandonó Argentina, su tierra natal, ni se ha podido justificar el cómo en pocos años ha podido acumular una gran fortuna económica, cuyo monto se desconoce, pero que es visiblemente ostentosa ante la ciudadanía pachuqueña.
Lo que sí se sabe es que desde el año 1995, el Gobierno del Estado les facilita de manera gratuita y por tiempo indefinido para sus eventos futbolísticos, el Estadio Hidalgo, al que se han empeñado en llamar “El Huracán”, campo deportivo que fue construido con dinero del erario público, que en teoría es patrimonio de todos los hidalguenses, pero que solo representa beneficio para la promotora, que entre las obligaciones que contrajo al recibir el inmueble, están la de pagar el consumo de agua potable, energía eléctrica y, al Ayuntamiento de Pachuca, los permisos por la venta de bebidas en su interior.
Del incumplimiento de estas condiciones mucho dice el hecho, de que la Comisión de Agua, Alcantarillado y Servicios Intermunicipales (CAASIM), haya tenido que suspender el suministro del líquido a instalaciones del Club Pachuca por un adeudo de cuatro millones y medio de pesos y que meses atrás la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, haya amenazado con cortar la energía eléctrica del estadio por el incumplimiento en los pagos. En relación a si se paga o no a la Presidencia Municipal el monto de los permisos por venta de bebidas, esa es información que se guarda con enorme recelo y que por ningún motivo quieren hacer pública.
No es el Estadio Hidalgo el único inmueble público del que se valen estos empresarios para hacer el gran negocio, lo mismo ocurre con el Estadio Revolución Mexicana en el que desde hace años opera la Escuela de Futbol Pachuca, lo mismo el Poliforum José María Morelos y Pavón en el que por mucho tiempo funcionaron oficinas del Club, una taquilla y una tienda de artículos deportivos, instalaciones que aún siguen bajo el control del Imperio Tuzo que ha encontrado ahí y en las donaciones que recibe del Gobierno, una mina de oro.
Resultado de las exigencias de dos ex-diputados de la LVIII Legislatura del Estado, Rosa María Martín Barba y Jorge Alfredo Moctezuma Aranda, el ex-procurador fiscal, Pedro Luis Noble Monterrubio, compareció ante el Congreso del Estado, solo para confirmar lo que aquí se menciona del Estadio Hidalgo, igualmente para informar a los legisladores que el Estado, le donó a la Promotora del Club un inmenso terreno donde hoy funciona la Universidad del Futbol y Ciencias del Deporte, un restaurante, salón de eventos y las oficinas de los tuzos, de Jesús Martínez y el extranjero Andrés Fassi.
El funcionario también confirmó la donación por parte del Gobierno, de un predio en la exclusiva Zona Plateada de Pachuca, por el que el Estado pagó a los ejidatarios con recursos públicos provenientes del erario, para después regalárselos a los empresarios tuzos que ahí construyeron un lujoso hotel de cinco estrellas, un centro de convenciones que les representa un jugoso negocio y en el que proyectan a futuro la construcción de un centro deportivo, según lo expone una maqueta que ahí se encuentra en exhibición.
Es decir que los terrenos no eran propiedad del Estado, el Gobierno los compró, los pagó con dinero de todos los hidalguenses, los urbanizó, introdujo servicios públicos de primera calidad, los cercó, se creó el gran proyecto de la Zona Plateada con inversiones millonarias y después los regaló para que la Promotora del Pachuca edificara un gran negocio, a cambio de que esta cumpliera con obligaciones mínimas, como es el pago del Impuesto Predial y del dos por ciento a nómina y ocupación de habitaciones hoteleras, cuyas imposiciones tampoco se sabe si se han cumplido, pero que suponiendo que si lo han hecho, no representan beneficio alguno para un Estado que les ha dado todo y en el que lo que sobran son las carencias.
Atrás de esta historia existen muchas cuestiones que investigar, pero el Congreso del Estado de Hidalgo no lo considera así; Una de ellas es el valor real, comercial, de los terrenos que el Gobierno le donó a la Promotora del Club de Futbol Pachuca, en una zona en la que existen vialidades modernas construidas por el Ayuntamiento con apoyo de la iniciativa privada, que cuenta con el más importante auditorio de la entidad, que es la Gota de Plata, un mural panorámico y una serie de construcciones más que le dan a esta parte de la ciudad la mayor plusvalía en Hidalgo, puesto que esos predios colindan con centros comerciales tan importantes como Galerías y Perisur y a la vez con avenidas en las que se construyen privadas de carácter residencial y edificios de lujo para oficinas de primer nivel.
Eso en lo que se refiere a la zona plateada, pero los terrenos donde funciona la Universidad del Futbol también tienen un gran valor, pues están ubicados en una área comunicada por vialidades como la autopista Pachuca-Actopan, muy cerca se encuentra el boulevard Luis Donaldo Colosio, se construye el circuito vial Las Torres, se encuentran instituciones educativas tan importantes como la Universidad La Salle Pachuca, el Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y se ubican construcciones como la Hacienda de La Concepción y una sede informática de la Comisión Mexicana de Bolsa de Valores que también les da una plusvalía envidiable.
Pero a la Promotora del Club de Futbol Pachuca y a sus integrantes, estos terrenos no les costaron nada, los recibieron como regalo por parte del Gobierno y ellos solo se limitaron a hacer negocio, a construir una universidad en la que cobran colegiaturas por la enseñanza, un hotel de elevado precio por las habitaciones, restaurantes en los que todo servicio cuesta y un centro de convenciones en el que rentan salones para fiestas, eventos y banquetes.
De ahí la importancia de que se investigue el mecanismo mediante el cual se dio el procedimiento de adjudicación de esos inmuebles, por que en un Estado endeudado, con tantas necesidades, con pobreza extrema en muchas regiones y con un presupuesto de egresos tan limitado e insuficiente para hacer frente a las demandas de la población, no se concibe como congruente el hecho de que los más grandes terrenos y en las zonas más exclusivas, se les hayan regalado a unos cuantos para que construyan un imperio económico de beneficio personal y no colectivo.
Porque la lógica indica que el Gobierno, debe velar por el beneficio de todos, buscar el bienestar para los hidalguenses sin excepción alguna y privilegiar el crecimiento económico de la comunidad.
En este caso, al menos así lo indican los hechos que son evidentes, se privilegio solo a unos cuantos, se facilitó y alentó el crecimiento de negocios de carácter particular, se regaló patrimonio del Estado a inversionistas que no han destinado los inmuebles a una causa de utilidad pública, sino empresarial y privada, a una camarilla de personas que ni hidalguenses son, que a cambio de ello no donan a la ciudad ni siquiera un bote de basura, mucho menos parque vehicular u obra pública alguna y que tampoco han cumplido con sus obligaciones mínimas y elementales, como son el pagar el agua y la luz, escudándose en una impunidad que debe terminar y pronto.
Para comprender la magnitud de los negocios que realiza la Promotora del Club de Futbol Pachuca, tenemos como reciente ejemplo, la transferencia que los tuzos realizaron a un equipo de Inglaterra, de la “Carta” del jugador Jared Borguetti, por el que los ingleses pagaron 666 mil 667 euros, que convertidos a pesos, significan varios millones, dinero que solo implica parte del negocio tuzo y que en otras condiciones, hubiera sido propiedad del Estado, pues hemos de recordar que la franquicia de primera división de futbol profesional con la que juega el Pachuca, era patrimonio del Gobierno, pero en una operación poco justa y de grandes dividendos para Jesús Martínez Patillo y Andrés Fassi Jurguens y ningún beneficio para los hidalguenses, pasó a ser propiedad privada.
Pero esa es, otra historia, de la cual nos ocuparemos más adelante, como también analizaremos lo relativo al Centro Deportivo de Alto Rendimiento, el pago de salarios de la Escuela de Futbol Pachuca por parte del Gobierno, los actos de prepotencia de algunos miembros del imperio tuzo, la falta de prestaciones de ley a los académicos de la Universidad del Futbol que dirige Gabriela Murguía Cánovas y el negocio que representa el cobro de derecho de piso afuera del Estadio Hidalgo.
La negativa del Congreso del Estado a investigar a fondo el asunto de las tuzodonaciones, no debe ser motivo para dar carpetazo a este asunto, por el contrario, debe ser causa para intensificar las exigencias de que esto se aclare.
Debe ser por el bien de todos, no por la impunidad de unos cuantos.
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