jueves, agosto 10, 2006

PRD: Dificil panorama

* Persiste la división y ausencia de liderazgo.
* Huele a traición en la dirigencia perredista.
* Los resultados de Luciano Cornejo en su anterior gestión como presidente.
* ¿En donde quedaron los vehículos y equipo de computo que LCB adquirió como presidente?

Ubicado como segunda fuerza electoral en el Estado, el Partido de la Revolución Democrática, arriba a una nueva jornada electoral y a tres meses y cinco días de que se lleve a cabo la jornada comicial, comienza a enfrentar las primeras dificultades para convertirse en una verdadera opción para los electores y consolidarse como el segundo partido en importancia en la entidad.
La que parece ser la inminente suspensión de los derechos partidistas de José Huerta Vite, uno de sus principales militantes en el Valle del Mezquital, es una clara muestra de lo que son los problemas internos que vive el PRD en el Estado y aunque la división que prevaleció en la jornada electoral anterior parece haberse superado, al menos parcialmente, entre los perredistas sigue desconociéndose el significado de la palabra “unidad”, término que desde hace mucho no se puede expresar ni el comité ni entre la tropa.
No es casual lo que ocurre en el Partido de la Revolución Democrática, porque tanto entre la dirigencia, como entre las tribus que existen a su interior, persiste la desconfianza, la idea de que la traición surgirá de un momento a otro y la incapacidad de un comité directivo en el que la principal característica parece ser la ambición personal, el ánimo de lograr beneficios de grupo y no colectivos.
Hay que recordar que en el pasado proceso, imperó el desorden al interior del PRD, la falta de liderazgo por parte de Manuel Hernández Badillo que presidió el Comité Directivo Provisional, la guerra sucia por parte de quienes se decían perredistas pero cuyos actos hacían evidentes que obedecían a intereses ajenos.
Ejemplos de ello los hay muchos, Miguel Ángel Peña Sánchez, Lázaro Pérez Bernardino, Mabel Calderón García, José Ignacio y Francisca Olvera Caballero, Francisco Patiño Cardona, Roberto Alejandro Meza García, Antonio y José Salím Zaldivar, Ricardo Raúl Baptista González, Ernesto Aureliano Jiménez Mendoza, María Santana Hernández Melo, Pedro Naranjo Ibarra, Guillermo Gumersindo García Arrieta y algunos otros que durante mucho tiempo realizaron contracampaña hacía su partido político y que hoy “se han sumado” al grupo que encabeza Luciano Cornejo Barrera.
Ciertamente este grupo que encabezó la disidencia al interior del PRD, tiene muy poco que sumar al partido, pero han demostrado que fuera de él si tienen mucho que restar, por lo que pareciera atinado el haber negociado y concensado con ellos, pero el hecho de que ya estén “incluidos” en el comité directivo estatal, no garantiza que la traición no se vuelva a repetir en las próximas fechas.
No solo de ellos se puede esperar la traición a la casaca perredista, desde la misma dirigencia estatal parece gestarse la deslealtad y quienes los conocen, afirman que el mismo Luciano Cornejo Barrera e Isidro Pedraza Chávez, dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, planean la estrategia para deshacerse de quienes les estorban a sus planes futuros de llegar a la diputación federal y al Senado de la República, postulando al ex-candidato a gobernador, José Guadarrama Márquez, a la alcaldía de Pachuca, no con la esperanza de ganar, sino de que este pierda, convirtiéndolo en el perdedor oficial del PRD y quitándole con esa derrota, cualquier posibilidad de aspirar a volver una vez más al Congreso de la Unión.
Independientemente de que lo logren o no, se hace evidente que para Cornejo Barrera no es prioridad ganar la alcaldía pachuqueña, mucho menos hacer siquiera un decoroso papel en el próximo proceso electoral, ni consolidarse como fuerza política.
Baste recordar que Luciano Cornejo ocupa por segunda ocasión la dirigencia estatal del PRD y de su gestión anterior, lo que mejor puede hablar son las cifras, los resultados obtenidos en las urnas bajo su dirección y son estos los que hacen pensar que el panorama de el sol azteca para el 13 de noviembre próximo, no es nada prometedor y lo único que tienen seguro es el fracaso.
Para no hablar en el vacío, recordemos que justo hace seis años, cuando también eligieron 84 presidentes municipales y se renovaron igual número de Ayuntamientos, Cornejo Barrera tenia a su cargo la dirigencia estatal, se postuló a 82 candidatos a alcaldes y únicamente seis se alzaron con la victoria, esto en Atlapexco, Eloxochitlán, Huazalingo, Ajacuba, Francisco I. Madero, y Tecozautla, resultado para el cual fue fundamental que el Partido Acción Nacional no presentara planillas en los primeros tres, favoreciendo con ello a los perredistas, que de no haber sido por ello, solo hubieran logrado tres triunfos.
Es decir que por si mismo, el PRD solo ganó tres alcaldías, pero antes de ello contaban con ocho lo que significa que con Luciano Cornejo como dirigente, perdieron las presidencias de Atotonilco de Tula, Tetepango, Tezontepec de Aldama, Tlaxcoapan, Villa de Tezontepec y Tlaxcoapan.
De la incapacidad de Luciano Cornejo para dirigir, igualmente hablan los resultados de los dos procesos electorales anteriores, uno para elegir gobernador del Estado, en el que con Miguel Ángel Granados Chapa como candidato, de los 160 mil votos que habían alcanzado los perredistas, solo lograron retener poco más de 80 mil y perdieron más de la mitad.
En la elección de diputados locales que dirigió Cornejo Barrera, los resultados tampoco favorecieron al PRD y de 18 candidatos a igual número de curules, ninguna ganaron por mayoría y en lo que se refiere a las plurinominales, el descenso fue tal que en la LVII Legislatura solo contaron con tres representantes populares, José Ignacio Olvera Caballero, Pedro Porras Pérez y Angélica García Arrieta, siendo que tres años antes, lograron colocar a Encarnación Ortiz Ramírez, José López García, Cuauhtemoc Fernández Hernández y Francisco Vicente Ortega Sánchez, lo que significa que también fue un retroceso para los perredistas la integración de su fracción parlamentaria en el Congreso Local, a pesar de que recurrieron a una alianza con el Partido del Trabajo, que mucho o poco, algo han de haber aportado para la causa.
Esos son los resultados que obtuvo el PRD con Luciano Cornejo como presidente en su gestión anterior, sin tomar en cuenta que también le correspondió dirigir durante la elección federal de 1997, en la que ninguno de sus dos candidatos a senadores ni tampoco los siete que postularon a diputados federales, lograron su propósito de ganar en las urnas.
Si a los resultados que logró Luciano Cornejo como presidente perredista agregamos la sospecha de que los recursos económicos y materiales del comité no se manejaron con total transparencia, entonces los que se consideren perredistas no tienen por que esperar un panorama mejor para el próximo proceso.
Respecto a los recursos que estuvieron a cargo de Cornejo Barrera, un hecho ilustrativo de la ineficacia y la rapiña que prevaleció durante su ejercicio, lo es la desaparición de un grupo de vehículos compactos que adquirió el comité para servicio del mismo, parque que al terminar Luciano su responsabilidad nunca apareció más, como tampoco se supo del destino que tuvo un amplio equipo de computo que se había adquirido gracias a las prerrogativas partidistas.
Después de culminar su gestión, Luciano Cornejo siguió dirigiendo un importante sector al interior del PRD y ello le valió arribar a una curul en la LVIII Legislatura, en la que el escándalo lo persiguió a grado tal de que se le involucró junto con parte de su familia, en la destrucción de vestigios arqueológicos en el municipio de Tezontepec de Aldama, (del cual fue presidente municipal), presuntamente para facilitar la construcción de una balneario para turistas llamado “El Águila”, junto al cual edificó una gasolinera.
Terminado su periodo como diputado, a Luciano Cornejo no lo deja en paz el escándalo, primero arribó a la dirigencia en medio de acusaciones de fraude electoral, que se apagaron cuando concilió con el grupo de Patiño Cardona, Peña Sánchez y Salím Zaldivar y ahora que parecía tener el control y acalladas las protestas, es sospechoso de organizar con Pedraza Chávez, la traición al dirigente del Frente Democrático Hidalguense.
Por si fuera poco, uno de sus sobrinos, Alejandro Barrera Cornejo y dos delincuentes más, son señalados por la Procuraduría General de Justicia del Estado, de haber cometido un bochornoso crimen en el municipio de Tezontepec de Aldama en agravio de una menor, la que fue asesinada, atacada sexualmente y lesionada a mordidas por el familiar de Luciano Cornejo, que pide no politizar el asunto, pero que lo mantiene como muchas otras ocasiones, en el ojo del huracán.
Difícil, difícil panorama se avecina para el PRD, que para alcanzar algunos triunfos está fraguando alianzas formales con otros partidos como el del Trabajo, Convergencia y la Alianza Social Demócrata, mientras que con el Partido Acción Nacional, se negocia una coalición de facto como la que operó hace seis años en tres municipios y hace un trienio en 23, siendo beneficiados los panistas.
De no ser por la eventual alianza, con el enemigo en casa, el fantasma de la traición rondando, la división persistente, la guerra interna por lograr el mayor número de posiciones en candidaturas y regidurías, el escándalo persiguiendo a Cornejo y, los pobres, más bien penosos resultados que este obtuvo en su primer oportunidad como presidente y la falta de honestidad en su gestión, no se puede esperar algo mejor para el próximo proceso.
Las inminentes expulsiones y los conflictos postelectorales en la renovación de dirigencias municipales perredistas, solo confirman lo aquí dicho y por supuesto, la falta de liderazgo.

08 de agosto del 2005
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